El papa Francisco pidió este miércoles que se rece por él ante su próximo viaje a Tierra Santa, del 24 al 26 de mayo, y que calificó como “estrictamente religioso”.
CIUDAD DEL VATICANO.- Tras la audiencia general de hoy, Francisco se dirigió a los fieles para informarles del que será su segundo viaje internacional tras la visita a Brasil el año pasado.
“El primer motivo de mi viaje será encontrarme con mi hermano Bartolomé I (el patriarca ecuménico de Constantinopla) cuando se cumplen los 50 años del aniversario del encuentro de Pablo VI con Atenagoras I”, explicó el pontífice .
Francisco repetirá el histórico gesto realizado hace 50 años por Pablo VI y se encontrará en la delegación apostólica de Jerusalén con el patriarca ecuménico Bartolomé I “en la misma habitación” en la que su predecesor se reunió por primera vez con el entonces patriarca.
Durante el viaje, Francisco y Bartolomé I coincidirán en otras tres ocasiones.
“Pedro y Andrés se encontrarán otra vez y esto es muy bello”, dijo el Papa al referirse a San Andrés, hermano de san Pedro, considerado el primer obispo de Bizancio (Constantinopla) , y venerado por los ortodoxos.
El Papa desveló que el segundo motivo de su viaje será “rezar por la paz en esa Tierra que sufre tanto”.
Y se despidió pidiendo oraciones para que le acompañen en su visita, que incluye Jordania, Palestina e Israel.
Israel busca aliarse con los árabes cristianos frente al mundo musulmán
Israel, que se prepara para recibir al papa Francisco, multiplica los gestos de buena voluntad hacia la minoría de ciudadanos árabes cristianos, en contraste con su política hacia los musulmanes, mayoritarios en una región plagada de conflictos religiosos.
Una de las últimas muestras de esa actitud fue la decisión de abrir las filas del ejército del Estado hebreo a jóvenes árabes, a condición de que sean cristianos.
También se reflejó en una polémica ley que subdivide a los ciudadanos árabes entre cristianos y musulmanes para tener acceso a ciertos empleos.
“Tenemos mucho en común con los cristianos. Son nuestros aliados naturales, un contrapeso frente a los musulmanes, que quieren destruir nuestro país desde adentro” , afirmó el diputado que impulsó esa legislación, Yariv Levin, del Likud, el partido nacionalista de derecha al que pertenece el primer ministro Benjamin Netanyahu.
Ese retórica se inspira en la teoría neoconservadora del “choque de civilizaciones”, a la cual se muestra abierto Netanyahu, amigo de la derecha republicana y de los evangelistas sionistas de Estados Unidos.
Israel ya intentó en otras ocasiones aliarse con minorías de Medio Oriente, apoyando por ejemplo durante los conflictos en Líbano a los falangistas maronitas (católicos orientales) y al Ejército del Sur del Líbano.
El patriarca maronita Bechara Rai aceptó formar parte de la comitiva que recibirá al papa Francisco en Jerusalén, una iniciativa criticada con virulencia por el movimiento islamista chiita del Hezbolá.
El director del Centro de Estudios sobre Seguridad nacional de la Universidad israelí de Haifa, Gabriel Ben-Dor, apunta que la política israelí de apertura hacia los cristianos se da en un contexto de “importante degradación de la situación de los cristianos en Medio Oriente” .
“Se trata efectivamente de un buen momento para que Israel aporte mejoras a su minoría cristiana, dado que esta se sentirá actualmente más motivada para cooperar con el Estado judío. Y eso mejoraría también la reputación internacional de Israel” , añade.
- Dividir para reinar
Los gestos de buena voluntad israelíes ahondaron las divisiones en el seno de las iglesias cristianas, en vísperas de la primera visita de Francisco a Tierra Santa, una peregrinación ecuménica con ribetes políticos.
La Iglesia ortodoxa griega revocó de sus funciones a un sacerdote de Nazaret (la principal ciudad árabe de Israel) , Gabriel Nadaf, por haber alentado a los jóvenes árabes cristianos a alistarse en el ejército para “servir al país donde viven, que los protege y del que son ciudadanos”.
Israel tiene 104 millones de ciudadanos árabes, 130 mil de ellos cristianos. Representan en su conjunto el 20% de la población israelí y tienen la ciudadanía por ser descendientes de los 160 mil palestinos que optaron por permanecer en sus tierras después de la creación del Estado de Israel, en 1948.
El Patriarcado latino (católico romano) de Jerusalén también se mostró irritado por la voluntad de Israel de aumentar el número de sus reclutas árabes, de un centenar en la actualidad a cerca de mil a corto plazo.
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