Leo con atención el siguiente titulo: Españoles vienen a Argentina por trabajo, por la crisis, más de mil españoles llegan por mes a buscar trabajo. Trato de despojarme del pensamiento que primero me sale: "ahora se la devolvemos como ellos hicieron con nosotros" o "que sufran los que los nuestros sufrieron y sufren en España", una vez que lo logre, salgo a la calle, a leer los diarios, a escuchar a la gente gritar "cierren las fronteras", "vienen robarnos el trabajo", "vienen a vivir de nosotros", "que los devuelvan a su país", "miras para todos lados y estamos invadidos por ellos", pero inmediatamente me doy cuenta que no son bolivianos, ni paraguayos ni peruanos, SON ESPAÑOLES, vienen de Europa, en avion, con ropa cara y fina, tienen lindo acento y por supuestp son civilizados, y estos merecen ser tratados de manera diferente. Como si fueran seres humanos de otra categoria, vemos con simpatia el arribo de los hombres ibericos, cual seria la reaccion si leyeramos un titulo que dijera "desde 2008 35.000 bolivianos cruzaron la frontera a buscar trabajo en la Argentina", seguramente nos alarmariamos y le pediriamos a la quinta flota norteamericanas que nos envien a sus marines para evitar la invasion, pero NO, son ESPAÑOLES y son EUROPEOS.
Cuando Sarmiento en el Facundo nos llamaba a mirar a Europa para salir en la sombra en la que viviamos, era dificil de imaginar que en el 2012 ese pensamiento seguiria vigente, seguiriamos pensando que si viene cruzando el oceano es la luz que nos ilumina y si arriban cruzando el norte de nuestro país son la oscuridad que nos asecha de manera cuasi delictiva. Un pensamiento triste pero real, vigente e instalado, pero este texto no pretende estar en contra de los españoles que vienen a nuestra Patria, ni pretende que se los oprobie, lo que debemos buscar es que como pueblo tratemos a todos aquellos inmigrantes de la misma manera y tengan los mismos derechos y cumplan con las mismas obligaciones, y que no dependa del lugar de donde vienen el tratamiento que les demos. Ojala la Civilización o Barbarie termine siendo un libro que engrose nuestra gran e imporante Biblioteca Nacional y no sea un decalogo que sirva para clasificar a los seres humanos que ingresan a nuestra querida Patria.




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