Opinión: "Heráclito y el Peronismo" (*) |
Jueves, 31 de Enero de 2013 01:47 |
No pocos politólogos e intelectuales quisieron comprender y desmenuzar las raíces
culturales y dogmáticas del justicialismo. Sobre todo, encontrar las pautas de
relación que posee el movimiento creado por Juan Perón con tres temas
enigmáticos y, si se quiere, fundamentales de esta fuerza político-cultural sin
antecedente alguno en el hemisferio occidental.
Estos tres factores a saber son: 1- El poder. 2- La relación con las potencias
mundiales. 3- La esencia popular del movimiento. Desarrollaremos muy brevemente
estos tres puntos:
1- El poder, la vocación de poder del justicialismo, es inobjetable. Los hombres de Perón
saben que sin poder los verdaderos cambios y reivindicaciones sociales propias de
nuestro movimiento son imposibles de aplicar. Así es que la búsqueda del poder
político es un objetivo irrenunciable como herramienta para continuar transformando la
sociedad en una comunidad más justa y equilibrada.
2- La relación con las potencias mundiales: El justicialismo plantea la completa soberanía de nuestra
Nación. Por esto, siempre buscó edificar sus propias pautas de país poderoso, sin ser una republiqueta
que subsista a la sombra de cualquier potencia mundial. Este segundo punto está íntimamente
relacionado con el primer punto destacado, que es el poder. Para el peronismo el enamoramiento
con el poder es un sentimiento que va mucho más allá de las fronteras de nuestra Nación.
El justicialismo es orgulloso de su naturaleza y de su proyección mundial, de aquí proviene
el tan mentado: "¡Ni yanquis, ni marxistas... PERONISTAS!"
3- La esencia popular del Movimiento Nacional Peronista: Esto se debe a su propia naturaleza
cristiana y humanista que lo llevó siempre a estar del lado de los más necesitados y humildes.
En este sentido, Eva Perón dinamizó como nunca se ha hecho los recursos del Estado a
favor de los hermanos postergados. las trabajadores, los gracitas, los descamisados, los de
"abajo", los que sostenían a la Nación con su trabajo cotidiano fueron los que creyeron desde
siempre en Perón y Evita. Los humildes de espíritu detectan fácilmente los destellos de verdad.
Casi, salvando las considerables distancias espirituales, como lo hizo nuestro salvador en un establo
de Belén.
El caudaloso río del peronismo continúa su curso indómito por las insondables llanuras del
tiempo. Para decir cuándo el peronismo fue más peronismo se nos ocurre aquel pensamiento del
gran Heráclito: "¡Nadie se baña dos veces en el mismo río!" Hacía referencia el gran filósofo a la
naturaleza mutante de la creación y del mundo fenoménico. El caudal del río jamás es exactamente
el mismo, como no lo son sus gotas de agua, ni sus componentes implícitos. El río es el mismo
, pero a la vez es sutilmente distinto. Así es el PERONISMO, su esencia lucha por mantener imperturbable
sus ideales, pero los hombres y circunstancias se modifican constantemente.
Lo importante es seguir el curso solemne y majestuoso del río profundamente caudaloso
del justicialismo.
Máximo Luppino
(*) El autor es el presidente del Concejo Deliberante de San Miguel
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