Entre el día 3 y 6 de febrero del año 1954 una expedición integrada por 20 suboficiales del Ejército, hizo cumbre en el cerro Aconcagua, portando dos grandes bustos de Perón y Eva Perón, donde fueron instalados (foto) junto a un escudo peronista también de considerable dimensión.
Es de imaginar el esfuerzo de éstos, al portar el peso de los bustos, cemento, placas alusivas, elementos de anclaje, etc.
Recibidos luego por Perón, los militares que ascendieran, fueron condecorados por la hazaña.
En 1956, por orden del general Aramburu, otra expedición, también integrada por militares los retiró,
perdiéndose definitivamente el rastro de éstos.
Entre los que habían llevado los bustos se encontraba elsargento ayudante Andrés López,
que luego del golpe de 1955, acompañó a Perón en el exilio, siendo posteriormente custodio del general
en su regreso al país en el año 1973.
En ese año, Andrés López sugirió a Perón la idea de volver a organizar el grupo de andinistas para colocar nuevamente un busto suyo.
El intermediario de la propuesta, recibió de Perón una negativa, diciéndole:
“Dígale a Lopecito que está loco. Ya está viejo, cachuzo, que se deje de joder”´
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