El Diario La Nación publico en su edición del 17/12/2012 una editorial en donde resalta los logros de diferentes municipios en materia de nocturnidad, entre ellos San Miguel, que desde que asumió De La Torre hizo de esta problemática una política de estado con soluciones concretas.
17/12/2012 - La Nación - Nota
- Opinión - Pág. 28
Comerciantes,
autoridades y padres debemos trabajar en forma conjunta para que los chicos se
diviertan sin recurrir a los excesos que tanto mal les hacen
Con el fin del período lectivo, el
comienzo de las vacaciones y la mayor disponibilidad que empiezan a tener los
jóvenes por estos días para dedicar a la diversión, solos o en grupos, se
aceleran los tiempos para poner en práctica las necesarias medidas que les
permitan gozar de este período de disfrute con la mayor de las seguridades.
Como ocurre todos los años, esta época de más reuniones de adolescentes en
diversos tipos de boliches nocturnos representa un desafío para las
autoridades, que deben agudizar los controles y hacer respetar las normas, como
para los comerciantes a quienes se deberá exigir responsabilidad en el estricto
cumplimiento de las disposiciones como, por ejemplo, las que impiden la venta
de alcohol a determinadas horas y a menores de edad.
Por el hecho de que cada distrito tiene sus propias normas, es necesaria
también una mayor comunicación entre las comunas, especialmente las del área
metropolitana, ya que los chicos suelen desplazarse de un municipio a otro en
busca de diversión.
En este punto vale la pena destacar acciones que han venido desarrollando
algunas comunas, con la mira puesta en la seguridad de los jóvenes. Controlar
con rigurosidad que no se sobrepase la capacidad de los boliches, que los
comerciantes acaten la prohibición de venta de alcohol dentro y fuera de ellos,
evitar la violencia muchas veces derivada de discrecionales sistemas de
admisión a los comercios y, básicamente, desalentar cualquier acto violento son
pasos fundamentales para garantizar ese disfrute.
Según
se ha publicado en las últimas semanas, municipios como San Miguel, La Plata y Lomas
de Zamora han tomado la delantera en el control de la nocturnidad.
En San Miguel, por ejemplo, donde se viene trabajando desde hace varios años
para alentar una buena relación entre la noche y los jóvenes, se han adoptado
las "salidas escalonadas" de los boliches de modo de evitar la enorme
concentración de chicos por las calles. Paralelamente, se han reforzado los
controles sobre la venta de alcohol y sobre la prohibición del ingreso de
menores a locales donde les está vedado hacerlo.
Uno de los aspectos más interesantes adoptados por algunas otras comunas como
la de San Miguel es precisamente el contacto frecuente de las autoridades con
la policía, los empresarios, las bandas musicales y, fundamentalmente, con los
padres. Se los convoca a participar aportando ideas y generando soluciones a
los principales problemas a los que se enfrentan los chicos a la hora de salir
de noche.
Curiosamente, uno de los más graves ocurre con antelación a la salida de los
jóvenes a los centros de diversión. Son las denominadas "previas"
realizadas por grupos de amigos en casas particulares, donde se suele consumir
alcohol sin ningún tipo de restricción, ya sea porque hay bebidas de ese tipo
en los domicilios o porque las adquieren mediante deliveries o en quioscos y
almacenes que no controlan la edad de los compradores o que, a pesar de
conocerla, les venden las bebidas en forma camuflada. De ahí a los explosivos y
dañinos cócteles como la "jarra loca" hay apenas un paso.
Por esa razón, el control de los padres resulta fundamental en la larga cadena
de actores con responsabilidad en la conducta de los jóvenes.
Otro ejemplo de cómo se ha venido trabajando en el tema lo representa la
comuna de La Plata, con su registro para padres interesados en sumarse a mesas
de diálogo con las autoridades para establecer reglas de juego claras y
controles efectivos.
También Lomas de Zamora ha encarado distintas medidas, como puntos fijos de
controles callejeros cercanos a los boliches y controles para que no se exceda
su capacidad física.
Por su parte, algunos boliches del conurbano comenzaron a realizar una prueba
piloto voluntaria de control de alcoholemia a clientes que quieran ingresar en
locales de diversión nocturna. Lo hacen en forma sorpresiva en puestos
sanitarios del Ministerio de Salud bonaerense. Los jóvenes pueden negarse pero,
si aceptan y tienen mayor graduación de alcohol en sangre que la permitida, se
les prohíbe el ingreso al local.
En tanto, en la ciudad de Buenos Aires hubo el año pasado diversas acciones
coordinadas con otros distritos para ejercer un mayor y mejor control de la
nocturnidad.
También son para destacar las acciones de la ONG Divertite sin Alcohol, con su
constante prédica para que los chicos tomen conciencia de los efectos del
consumo desmedido y de que no es necesario recurrir a esas prácticas para poder
disfrutar.
La cuestión, en definitiva, no pasa por prohibirles que salgan a divertirse ni
asfixiarlos con normas de objetivos difusos, sino apoyar lo que muchos han
denominado una "diversión controlada". Los jóvenes deben internalizar
el concepto de disfrute sin alcohol ni drogas. Bien se sabe que la noche urbana
es lamentablemente generosa en la provisión de estas sustancias cuyo consumo
puede resultar mortal o derivar en no pocos accidentes que, como tales, deben
ser evitados.
Las autoridades tienen un papel fundamental en este tipo de controles, pero de
lo que se trata, sin dudas, es de un cambio cultural profundo, del que debemos
participar todos.
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