PIONERO DE LAGOS Y FE


“Se ama ciertamente lo que se conoce.” Los sentimientos más elevados del hombre construyen una pirámide evolutiva en la insondable llanura de su espíritu. Es por esto que los pensamientos sublimes poseen un sentimiento transformador en sí mismos. Por lo mismo, y en celestial reciprocidad, los sentimientos de exquisita bondad guardan inteligencia genuina en sus doradas alas de fraternidad. Pensamiento y sentimiento son hermanos inseparables en todo buscador de la verdad, ramas del mismo árbol del alma errante.

Los lagos de nuestra Patagonia parecen estar dotados de una singular belleza, nos gusta sentir que es el más fiel testimonio de la existencia divina.
El lago Mascardi es un lago patagónico que se encuentra dentro del Parque nacional Nahuel Huapi, próximo a la ciudad de San Carlos de Bariloche, a unos 30 kilómetros de la misma. Posee  este hermoso espejo de agua un máximo de 23 km; un ancho máximo de 4 km, y una profundidad máxima de 220 mts aproximadamente.

¿Cuál es la razón del nombre Mascardi? Así es que tomando con cariño aquellos desdentados cúmulos de papel impreso (de los que no muerden) comenzamos el proceso de desasnarnos. Toma el nombre del Fray Nicolás Mascardi, un sacerdote jesuita que nació en la ciudad eterna en el año 1625. Este inquieto italiano de padres nobles abrazó desde muy temprana edad la vocación sacerdotal.   
Fue el primer hombre blanco en establecerse en la actual Patagonia. Lo hizo en tierra neuquina, Península Huemul, y construyó la primera capilla en la desembocadura del Totoral, a pocos kilómetros de Villa la Angostura.

En 1670 el padre Nicolás Mascardi inició desde Chiloé el cruce de la cordillera junto a un grupo de indígenas poyas que había liberado de la cárcel en Calmuco, Chile. Desde un primer momento, estableció reciprocidad con los indígenas. Pidiendo justicia e igualdad para el trato con los naturales, logra convertir a poyas y puelches al cristianismo.

Fue también quien construyó una capilla en la Península de Huemul y una segunda en el Brazo Última Esperanza del lago Nahuel Huapi, en la desembocadura del Totoral, en honor a la Virgen de los Desamparados.

Pidió reiteradamente a España la abolición de la esclavitud y humanitario trato para los habitantes del continente. El jesuita Mascardi vivía en un estado solidario de hermandad con los aborígenes que encontraba a su paso. ¿Buscador  incansable de la mítica “ciudad de los Cesares”? … Quizás…Sí fue un pionero descubridor de las bellezas de nuestro sur, y más importante aún, un innovador de los auténticos valores de FE. 

El sacerdote  fue atacado por una parcialidad tehuelche rival de las poyas y muerto en ese suelo que tanto conocía y amó.

Mascardi, un Jesuita que desde Roma llega al territorio más austral de nuestro continente siendo un precursor de nuestros celestes lagos… Siglos después otro Jesuita, Jorge Bergoglio, parte desde el “Fin del mundo” Hacia el vaticano para convertirse, por designios de DIOS, en nuestro Papa FRANCISCO, para renovar la FE de los hombres…

Cuando vemos el Mascardi sentimos la fuerza del padre Nicolás, y sentimos el paternal cariño de Francisco.

Historias de belleza, pioneros, lagos y profunda FE…


                             Máximo Luppino.

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