Papa Francisco: "Jesús es nuestro abogado"

En una audiencia general ante 100.000 fieles, el pontífice sorprendió con sus declaraciones; qué dijo y qué pasó en la Plaza de San Pedro

ROMA.- Ante 100.000 fieles de todo el mundo que colmaban la Plaza de San Pedro, el papa Francisco volvió a sorprender hoy al asegurar: "Jesús es nuestro abogado, él nos defiende siempre".

El Pontífice argentino habló así al comentar el episodio de la subida de Jesús al cielo, al explicar que "cerca del Padre, él intercede siempre en nuestro favor".

"¡Es lindo sentir que tenemos un abogado!", exclamó Francisco. Saliéndose del texto que estaba leyendo para su catequesis, agregó: "Cuando uno es llamado por el juez, tiene un juicio, lo primero que hace es llamar un abogado: ¡nosotros tenemos uno que nos defiende siempre, nos defiende de las insidias del diablo, nos defiende de nosotros mismos, de nuestros pecados!".

El Papa también aseguró que "entrar en la gloria de Dios exige la fidelidad cotidiana a su voluntad, aún a costa de sacrificios y del cambio de nuestros programas". Además, recordó al "ora et labora" (reza y trabaja) de San Benito y, al final, volvió a insistir. "¡No lo olvidemos, no estamos solos, tenemos a nuestro abogado, Cristo el Señor resuscitado, que nos guía, nos defiende!", volvió a decir, desencadenando una catarata de aplausos. El Papa concluyó su catequesis con un novedoso " grazie ", gracias.

Al llegar a la audiencia general y al dar vueltas en papamóvil entre los fieles, el Papa venido del fin del mundo tuvo un nuevo baño de multitud. Aclamado por las miles de personas -entre las cuales muchos argentinos con banderas y camisetas de la selección-, hizo detener el jeep varias veces para besar y bendecir bebes y, sonriente, hasta se puso un solideo (o papalina) que un joven le regaló, dándole en cambio la suya.

Fiel reflejo de la creciente popularidad del Papa argentino, tanta gente había llegado a la Plaza de San Pedro para la audiencia general que la Via della Conciliazione se encontraba cerrada al tránsito.

Como ya había hecho la semana pasada -cuando sorprendió al decir "Dios es nuestro papá"-, Francisco volvió a hablar en su lengua materna al leer el resumen de la catequesis.

Al final de la audiencia, Francisco mencionó el violento terremoto que golpeó a las poblaciones de Irán y Paquistán, llevando muerte, sufrimiento y destrucción. "Levanto una oración a Dios para las víctimas y por todos aquellos que están en el dolor y deseo expresar al pueblo iraní y al paquistaní mi cercanía".

En una jornada soleada y calurosa, Francisco, aclamado al grito de "Fran-ces-co!", se quedó saludando casi una hora a cardenales, obispos, prelados, religiosos y religiosas y demás personalidades. Al dejar la Plaza, volvió a hacer detener el papamóvil para besar a todo bebe que le alcanzaran desde la multitud. Incluso se bajó del papamóvil para abrazar a decenas de discapacitados en silla de ruedas de todas las edades, a quienes bendijo y saludó, uno por uno, dedicándole tiempo y afecto, en escenas conmovedoras.