Ganó Chávez y las causas son esencialmente humanistas

Cuando el colegio electoral venezolano, pasada los onces de la noche dio a conocer la victoria de Chavez, concluía un proceso electoral que había atraído la atención de gran parte de Latinoamérica. Y no era para menos, el presidente bolivariano ponia en juego su permanencia luego de 14 años al frente del palacio de Las Miraflores.

Más allá del resultado contundente, es indispensable entender desde una visión político-humana el porqué de tal victoria, sorprendente para algunos sectores, no tanto para otros. No podemos avanzar sin entender que hay paralelismos que se pueden trazar y otros que son imposibles realizarlos. La victoria de Chavez se conforme desde diferentes puntos de vista, puntos de vista concretos y palpables. Después de casi 50 años de un estado tutelado por dos partido representantes de sectores económicos, la aparición chavista concreto algo fundamental, que bien lo retrato un venezolano:“ahora comemos”. Esta tan simple frase engloba un sentimiento fundamental en todo pueblo, la de tener garantizada la mínima subsistencia, y en eso es fundamental el Estado, algo en lo que el gobierno chavista trabajo de manera incesante, incansable, en un Estado que buscara asegurar el bienestar, no por nada la ONU certifico lo altos niveles de alfabetismo entre la población. Esto creo una unión entre el venezolano y su presidente.

Pero no solo Chavez representó a un estado benefactor, sino que en la vereda de enfrente se encontraba un dirigente que representaba a una Venezuela diferente y distinta, y la gente eligió. Eligió a un hombre que paso por momentos duros, ya que  la enfermedad lo tuvo al borde de la muerte, y su recuperación fue muestra de una fortaleza que el mismo encargo a Dios, y agradeció de manera contundente en su discurso de victoria. Sus profundas creencias cristianas manifiestan un socialismo diferente al convencional, al conocido en nuestro sur continental, dando muestra de que la comunión en entre la fe cristiana y la política puede comulgar en unión y no en diferencias.

Por supuesto que este triunfo no tapa ni esconde las falencias de ese modelo, pero si nos muestra de que la simbiosis entre un dirigente y la gente puede ser tan profunda que esquiva cualquier otro problema. Este proceso es natural entre un líder y aquellos que ven como logran escalar soluciones a sus principales necesidades. Es necesario entender que las cosas suceden mas allá de los paralelismos que se puedan trazar, mas allá de las comparaciones, porque suceden por existen razones profundas que necesitan ser analizadas.

Triunfa Chavez por cuarta vez inaugurando un nuevo sistema de votación electrónica, donde también queda constancia grafica del voto emitido, el cual es depositado en una urna cual la forma de sufragar antigua. Esto permite un doble control de emisión de voto. Con este moderno sistema de sufragio triunfa Chavez pisoteando cualquier sospecha de fraude que podría esgrimir algún malintencionado.

Las clases más sumergidas, menospreciadas y en no pocas ocasiones oprimidas encontraron en Chavez una puerta abierta hacia la participación. Decir participación implica que las grandes masas populares y humildes encontraron un rol social. Una actividad concreta y reconocida para ser útiles a sus semejantes y a su querida patria Bolivariana.

El triunfo de Chavez se enmarca en un proceso de integración efectiva de Latinoamérica. Nuestro SUR no acepta el rol de "sherif" del mundo de los E.E. U.U. Aún recordamos con dolor cuando en medio del conflicto bélico por nuestras queridas Islas Malvinas Inglaterra recibe apoyo armamentístico y logístico del país del norte, más aún vuelca la OTAN de lleno en contra de Argentina....Chavez es una genuina expresión latinoamericana. Posee defectos muy serios que debe corregir. También posee el cariño de los más humildes, ese afecto, esa lealtad es mucho más fuerte que un 54 % de los sufragios.

Otra etapa se asoma en nuestro continente, la razón debe gobernar por sobre los fanatismos. La justicia debe imperar por sobre las desigualdades. La mística del líder caribeño está intacta...

Maximo S. Luppino