Un horno a leña encendido dibuja rojas lenguas de perfumado fuego. Los eucaliptos le regalaron a lacocina del campo su medicinal aroma purificador. Manos laboriosas, con rítmicosy silenciosos vaivenes, amasan la blanca harina sobre la mesa familiar. Parece un rito ancestral ofrendado desdemilenarios tiempos cuando desde siempre el hombre bregó por saciar su hambre depan y su sed de familia unida. El invierno dibuja grises nostálgicos sobre elviejo camino, las perdices coloradas volvieron a juguetear a la vera de laszangas en corridas ágiles que las ocultan detrás de altos juncos. Los caballos relinchan en loscorrales, reclaman su ración de maíz que lo socorrerá del frio nocturno.
La Unión Europea socorrerá a España con un reembolso de 100.000 millones de Euros.
Con muy buen tino se prohíbe fumar en los lugares públicos para proteger la salud de la sociedad nofumadora. También los atados de cigarrillos fueron obligados, por ley, a llevarla leyenda: “¡El fumar es perjudicial para la salud!”… Por otro lado, afloran intenciones para despenalizar la tenencia de drogas para consumo personal ¿Legalizaremos el lento e inexorable suicidiocolectivo?...
Por supuesto quesabemos que la salida es el autocontrol que deriva de la formación de valores yde la educación ¿Pero no estaremos en los umbrales de aportar mayor confusión anuestros jóvenes inmersos en una sociedad de sumo vértigo materialista?
Claro está que nadie pretende castigar a una persona víctima de un flagelo y dependiente de mortíferasdosis de estupefacientes que lo deterioran como ser libre, conduciéndolo a untortuoso cadalso.
Pero, aquí, entre álamos y aromos, es el autentico imperio del viento puro que sopla indómito porsobre nuestras contradicciones. La tarde cae, mientras el sol se ocupa de pintar sobre el horizonte franjas de naranjas con matices de rosas límpidos que anuncian un hermoso amanecer.
Ya el aroma del pan decampo se escapa de la cocina y vuela por todas partes. Es un clarín amoroso y armónico, ¡la mesa está servida! Brazos robustos se acodan con virilidad en lamesa que oficia como un altar sin tediosas ceremonias. Voces que son verdadhecha sonido campero. En una ráfaga de ocurrencia disparatada, imaginamos preguntarles a nuestros amigos paisanos ¿Cuántos vecinos del pueblo de nuestra querida Carmen De Las Floresdeseaban cambiar de identidad sexual? Rápidamente, disolvimos la pregunta enlas playas de nuestro propio sentido común. Sólo comenzamos a entregarnosmansamente a este oasis de sentido común y orden cósmico que podíamos disfrutarentre mates y pan casero en la intimidad de amigos eternos, de clara identidad,de genuina nobleza, de orgullo inocultable por ser argentinos y sentirsecobijados por la gloriosa azul y blanca. La noche nos regalaba ese azul puro yprofundo engalanada con millones de estrellas insondables. Todo protegido por la virgencita gaucha que todos saben que guarda estos celestes parajes. Simpley sabrosa es la vida como este pan de campo que con su sabor a pampa inmensa ycielo libre emparenta el potrero con los murmullos del tiempo infinito…
Máximo Luppino



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