El “chori” dejó de ser un alimento sencillo, sustancioso y popular de paso, o de cabotaje entre trabajo y obligaciones, para ser calificado como un “emblema político” de sublevación. En el nuevo amarillo catálogo de clasificación gastronómica se encuentra el choripán como una pseudo “moneda de soborno” para movilizar grandes masas “golpistas destituyentes” contra las inmaculadas fuerzas democráticas puras… (Además, el chori engorda) ¡Imperdonable!
Ay, ay choripán, peligroso seductor de masas movilizadas bajo el embrujo mágico de tu revolucionario aroma que despierta golpismo por doquier; nuevo emblema de lucha sos. Es en las domésticas humeantes parrillas donde todo comienza, el gentío corre fuera de sí bajo tu belicoso hechizo que disloca normales conductas.
El señor presidente de la nación ARGENTINA, ingeniero Mauricio Macri, elevó y cualificó al choripán como un nuevo “opio popular” con características que parecerían orientar a los pueblos hacia la revuelta y la anarquía ¿Quizas deban prohibir tan peligroso manjar? ¡Los carniceros arrestados por producir elementos altamente conflictivos en el insondable comportamiento social!
En forma de infantil moraleja para “Cambiemos” si hay choripán “TODO está corrompido y desnaturalizado”. Algo así como si el CHORI fuera una emanación del “Patrón del mal”.
La gente NO se reúne en protesta por los despidos que produjeron miles de desocupados, ni por los tarifazos salvajes de LUZ, GAS y AGUA que muchos no pueden pagar. Tampoco se junta en las calles para pedir equiparamiento salarial acorde a la galopante inflación que sufrimos. NO, NO, las personas salen a la calle para COMER CHORIPÁN GRATIS. SÍ, SÍ. “Cambiemos” descubrió el secreto de las revoluciones populares mundiales, los pueblos protestan para al fin del día poder saborear un par de choris en forma gratuita…
El choripán, además de ARGENTINO, es PERONISTA y de los revoltosos. Jamás llegará a la categoría del pescado crudo, es decir del sushi que se codea con la más distinguida nobleza mundial.
En una sociedad extremadamente politizada, TODO parece adquirir una identidad partidaria de un color u otro. Ilusión del hombre que crea fantasmas a granel.
Querido CHORIPÁN, aguantá el chubasco amarillo. Ellos en el fondo también te valoran. Ahora te toca a vos cargar “culpas ajenas”.
¡CHORIPÁN, MIRÁ EL LIO QUE ARMASTE!
Máximo Luppino
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