El universo todo está
signado por la acción permanente. Incontables procesos particulares buscan su
cauce de manifestación; el plan universal teje cadenas de poderosas
interacciones, todas interdependientes entre sí. Cada eslabón posee su misión y
tiene su sustantiva importancia. Nada escapa al imperio de la ley cósmica.
Nuestros aciertos y errores son semillas que están
floreciendo en el jardín del destino que hemos labrado con pensamientos y
deseos.
Infantilmente, algunos hombres creen poder burlar el
devenir que nosotros mismos construimos. No existe la suerte, ni la casualidad.
Existe la causalidad, esto es causa y efecto, acción y reacción.
Argentina está forjando su destino como Nación, los
pueblos no olvidan ni detienen su marcha hacia la verdad. Tenemos una
obligación altruista que cumplir, tenemos que trabajar pensando en el bien
común, con convicción, pero sin un gramo de fanatismo.
Los que nos identificamos con una causa política debemos
estar resueltos a incorporar mística y disciplina a la labor militante; jamás
descalificación y separabilidad entre miembros de una sociedad que tiene que
ser fraternal.
Los hombres pasamos y los ideales perduran.
Apreciamos que en nuestra patria chica, nuestro querido
San Miguel, las acciones estén correctamente encaminadas. Existe un municipio
presente en cada rincón del distrito, con vocación y fuerza de auténtica
justicia social.
Se intenta recordar a Perón y a Eva desde el respeto al
vecino, desde la sana idea de que la política es una acción de servicio.
El tiempo transcurre presuroso con cierto vértigo, así es
que debemos optimizar nuestras acciones. Resueltamente avancemos hacia un ideal
de sociedad con solidaridad y justicia. No existe dolor más cruel que el que
emana de nuestro propio juicio hacia nosotros mismos cuando desaprovechamos la
oportunidad de vivir gloriosamente.
El mañana suele ser una excusa, un refugio para una
indolencia crónica que atenta contra nuestro espíritu combativo. El día es hoy,
el momento es ahora, segundo tras segundo, instante tras instante.
Por fin, aquel efecto, hijo de una causa noble, será como
un florido jardín perfecto, ausente de enfermedad y muerte.
¡Todo es posible, ya que el querer es poder!...
Nada se detiene... Ajustemos nuestra marcha al ritmo de la
naturaleza creativa del universo. Concebirlo es aproximarse a un mundo más
perfecto.
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