La residencia presidencial de Chapadmalal fue construida por el General Juan Perón en 1947 (como tantas fabulosas edificaciones a lo largo y ancho del país) hoy, el presidente Mauricio Macri, lleva adelante un fin de semana de “Retiro Espiritual” junto a su gabinete ampliado.
A la luz de los hechos, el rótulo, por demás pretencioso de “Retiro Espiritual”, les está quedando un poco grande e inadecuado. Quizá debería llamarse “Encuentro de Trabajo”, “Reunión de Camaradería” o “Veamos cómo sigue la película”.
Es sabido que las jornadas de espiritual retiro están sumidas en profundo silencio, oración, meditación, acompañadas con ayunos totales o parciales. Todo sumido en el marco de una celestial austeridad. ¿Dónde encaja entonces el karaoke que mandaron a instalar, o los “juegos programados” de truco y ping pong entre otros? Además, un apetitoso asado regado generosamente con un fino vino de colección es parte de los singulares ejercicios espirituales del sacrificado gabinete de Mauricio.
No obstante, seguro que algún ruego o pedido al Creador se desgranó entre cuentas, cálculos y programas de futuros ajustes.
Cuentan que un Padre Nuestro se murmuraba tímidamente entre las crujientes achuras, una morcilla a medias cocida era devorada ansiosamente por un voraz ministro que todo aprovecha para consumir. La calurosa parrilla, sueño añorado por mil laburantes, contrastaba con el fresco y puro aire marino de un Chapadmalal que fue creado por el General para agasajar a niños de todas las escuelas de la república y para premiar con un merecido descanso a nuestros jubilados.
Si para los más altos funcionarios de la Nación, esta es una jornada de íntimo recogimiento interior, empalidecemos al siquiera imaginar cómo llevarían adelante una jornada de mundana diversión.
Debemos llamar a las cosas por su nombre, la claridad conceptual es aliada del tan necesario orden para poder progresar. De seguir así, nuestros jóvenes en un futuro próximo podrían decir: ¿A qué hora te paso a buscar para el “Retiro Espiritual”? refiriéndose a lo que hoy tenemos el desenfado de llamar “JODA”…
La oscura morcilla pareció destacarse entre los comensales, los “sentimientos” del mentado embutido eran satisfactoriamente nobles.
Los índices inflacionarios de los primeros días del 2018 proyectan una inflación mucho más alta que la programada. No es raro, ya que el estado con tarifazos y aumentos de combustibles generan una rotunda alza de precios.
DIOS bendiga a nuestros funcionarios, para que comprendan que un fin de semana de trabajo de ellos, sería muy apetecible como doradas vacaciones para la mayoría de los argentinos.
¡Nuestras más sentidas condolencias para con la devorada e inocente morcilla!
Máximo Luppino
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