TRISTEZA INCONFESABLE EN OLIVOS

Las sombras de la noche habían ganado las calles céntricas de Buenos Aires y los suburbios eran visitado por un frío invernal profundo. Martes 21 de junio jugaba el seleccionado argentino de fútbol con los Estados Unidos de Norte América, ¡no era un partido más! 

Para muchos argentinos competir contra Inglaterra o EE. UU posee un significado especial. Existen emociones contenidas en la trastienda de nuestro criollo corazón. Es como si a través del noble deporte nuestra Nación pudiera gritar su sana rebeldía al cosmos, y decirle a los “amos del mundo”- “¡Aquí esta ARGENTINA!...  ¡Aquí estamos nosotros, los que jamás nos dejaremos dominar! ¡Los que proclamaremos por toda la eternidad: las Malvinas son argentinas!”
Sabemos de la gran simpatía que Mauricio Macri y su afortunado gabinete ministerial para con los “sheriff del planeta”. Simpatía que raya la admiración y observando algunas medidas de gobierno parecería una gustosa subordinación a los aires imperialista de los Sajones. Queremos decir que Macri, Prat Gay y demás podrían estar muy próximos a hinchar por la selección estadounidense. 
En la mismísima “tierra de las oportunidades”, como visitantes, y dando cátedra de potrero agreste, le pintamos cuatro veces la cara a los gringos. ¡Macri sufría, el sentimiento es más fuerte, recordaba sus palabras con Obama, su mansedumbre con los “Buitres” su diplomacia servil para “quedar bien” y ahora… nuestro seleccionado abofeteó al equipo de sus amores! 
Algunos pensarán que estamos exagerando o que no es tan así. Pero, pensálo bien, vos también lo imaginás…
Sólo un partido de futbol, 90 minutos de libertad, una ilusión popular, un sueño modesto y gigante a la vez. Cada ARGENTINO pateó ese maravilloso gol de Leo Messi clavado en el ángulo más escondido de los deseos argentinos. Soñar y soñar, es el camino de los pueblos que van construyendo su gloria a partir de triunfos que los motiva para atreverse a más, a mucho más.
Los pueblos poseen sus propios tiempos insondables y sus verbos de acción indescifrables para los eruditos del acartonamiento social. 
Somos ARGENTINA y el fútbol es mucho más que un deporte. Es el punto de partida para ser una mejor Nación. 
Ah, me olvidaba, que lindo baile le pegamos a los yanquis. Perdón Mauricio…

   Máximo Luppino

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